13 de mayo de 2008

Transportes González e Hija. Una vida sobre ruedas

"Devolverle la vida a toda la gente que maté es el deseo número uno de mi lista."

He devorado este libro en poco más de tres días, enganchada totalmente a una historia fresca y conmovedora desde principio a fin.

Libertad González es una joven que cumple condena en una prisión de México. Ninguna de sus compañeras sabe cuál es el motivo de su estancia en la cárcel y Libertad se ve incapaz de revelarlo. Sin embargo, encontrará la manera: contará su historia a través de los libros. Creando un Club de Lectura, Libertad mantendrá en vilo a las presas que conocerán su vida, de principio a fin, su vida camuflada entre las tapas de otro libro. Libertad, poco a poco, irá desnudando su alma, nos adentrará en su pasado, un pasado sobre las ruedas de un troque, al lado de su padre.

Me sabe a poco el resumen de esta belleza, pero temo contar más de lo que quiero. Comencé el libro sin más datos y me ha fascinado hasta la última página. Acompañamos a Libertad en el viaje por sus errores, conocemos a sus compañeras, unas mujeres valientes, nobles, que a pesar de haber cometido delitos, tienen esperanza y son buenas personas. Ha sido una lectura dulce, plagada de risas y alguna que otra lágrima. La amistad, los deseos, la muerte, los errores, los miedos, ese terrible miedo al miedo, habitan entre las doscientas cincuenta páginas que vuelan con avidez.

Sin duda, ha sido un descubrimiento la prosa de María Amparo Escandón, desconocida para mí hasta el momento. Mexicana, publicista, guionista y escritora a los dieciséis años comenzó a escribir la historia de su familia, pero su madre le aconsejó que por respeto no lo hiciese hasta que todos los protagonistas de la historia estuviesen muertos. Sólo ha escrito dos novelas: González e hija y Santitos, que fue llevada al cine siendo su primer éxito. Tras ella, sufrió un bloqueo y tras visitar a un psicólogo, se inició en este proyecto viajando con camioneros por Estados Unidos y visitando cárceles mexicanas, lo que la ayudó a reflejar la realidad en su novela.
Os dejo unos fragmentos preciosos de la novela:

- Podrímos vivir en una de esas casas - dije casi para mí cuando por fin nos pudimos sentar.
- Las paredes no sirven para mantener unidas a las familias - respondió mi papá.

Es sorprendente cómo en un sólo momento la vida entera puede cambiar de la manera más impredecible. Este momento en particular, este segundo, el que cambió la vida de mi papá de profesor de literatura en México, a troquero en Estados Unidos, le pegó de frente. Tal cual. El golpe fue inevitable. Al dar la vuelta en una esquina de los pasillos de la universidad, chocó con un capitán que venía corriendo en dirección contraria. Ninguno de los dos tuvo tiempo de prevenir el accidente. Sólo sintierpon el peso del cuerpo del otro estrellarse contra su propio cuerpo, y al mismo tiempo se escuchó un disparo. En la colisión, el capitán, que traía una pistola en la mano, se disparó en el cuello, y se derrumbó sangrando. Nadie vio el incidente que dejó a estos dos hombres preguntándose cómo fue que sus destinos conspiraron para hacerlos llegar en aquel estúpido momento.

Si tenéis la oportunidad, leedlo, no os arrepentiréis.

2 comentarios:

Amylois dijo...

Pues me lo apunto preciosa, y ya colgaré mi opinión. Besotes.

yraya dijo...

Pues me has puesto la miel en los labios, mañana mismo lo buscaré.
Besos.